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El verdadero dolor de la lactancia


¿Alguna vez escuchaste? “aguántese que a mí me paso lo mismo”, “va a doler hasta que salga costra”. Seguro que sí. Existen muchos mitos alrededor de la lactancia materna. Se sabe que es la única práctica de alimentación que suple todas las necesidades de un bebé a nivel nutricional, físico, psicológico, emocional, cognitivo e inmunológico. Aún así, dudamos de la capacidad de muchas mujeres para lograrlo.


El creer que unos senos sirven más que otros son algunas de las creencias más famosas y el dolor, es el mito más generalizado. Ten presente que, si el bebé tiene buen agarre, succión, no tiene frenillo lingual corto y adoptas una buena técnica; no debería doler. Ni mucho, ni poco, ni al principio o al final. Pero hoy no vamos a hablar de técnica de lactancia, o de cómo posicionar

bien al bebé. Vamos a hablar del dolor en la lactancia del que nadie te contó. Uno que si existe.


Este dolor profundo trasciende de lo físico. Es el dolor de sentirte sola, desprotegida, insegura y confundida. Esto pasa al sentir que pocos te entienden en tu maternidad. Y te llenan de malos consejos, muchos mitos, prácticas que traen consecuencias negativas en tu lactancia. Es difícil recibir de buena forma consejos no pedidos, sobre todo cuando se refieren a que tu leche no es suficientemente buena y necesitas complementar porque no lo estás alimentando.


¿Sabes que es lo que realmente duele? la falta de información en tu familia sobre la lactancia y que te recomienden darle un biberón en la noche para que duerma bien, que te sugieran infusiones para aumentar la leche o para calmar el cólico de tu bebé. Duele cuándo se refieren a tu leche como aguada, poco nutritiva o que no lo sacia. Hay quienes siguen pensando que, si un bebé no duerme tres o cuatro horas es porque quedó con hambre y siempre la leche materna es el problema. También afectan la indiferencia, las críticas, los comentarios. La publicidad que nos meten hasta por las orejas, que para “ayudarte” una oncita no le hace mal, un tetero para calmarlo.


¡Duele qué en ningún caso estés haciendo las cosas bien! Que si lactas mucho o poco. Que si meses o años. El bullying no para después de los primeros días. Porque cuándo por fin lo logras. Llegas a las primeras metas, siguen lloviendo comentarios no pedidos... ¿será que si le alimenta ya tan grande?, ¿por qué no le das una frutica? solo teta que pesar. Dale agüita para la sed, ¿tan grande y tomando teta? Lo vas a malcriar.


Como duelen los comentarios en torno a tu crianza, nunca los tendrás a todos contentos... Que si duerme solo, eres mala madre, que si duerme contigo eres pésima. Esta “malcriado”, déjalo llorar, después va a sufrir por tu culpa...


Para tu bebé lo eres todo, lo tuviste 9 meses en tu vientre, cargado, amado, caliente, nutrido. ¿Cómo va a querer dormir solo desde el primer día o sus primeros meses? Tu bebé no se malcría con los brazos, ¡simplemente te necesita! no te manipula, solo te expresa su sentir. No solo es por hambre que te busca, la necesidad de mimos y brazos es tan válida como el hambre. La lactancia puede doler, pero el dolor se siente en el alma. Cuando te sientes incapaz y nadie te apoya. No permitas que los juicios, malos consejos y mitos te afecten tu maternidad, o tu lactancia. Estás dando vida, tienes la capacidad de amamantar. No dejes que el temor de alguien más quebrante tu deseo de alimentar a tu bebé.


La lactancia no debe doler, pero si te duele, no te sientas sola, siempre hay alguien que te puede ayudar y apoyar. La lactancia materna es el mejor regalo para toda la vida que le puedes dar a tu bebé.



Marcela Pinzón Scarpeta – IBCLC

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