Todas las mujeres tienen leche. Tenemos pechos para producir leche. Hay casos extraordinarios donde no sucede, esto quiere decir: casi nadie.
Para producir leche, es necesario un bebé que estimule, es algo mágico donde se desencadenan muchos procesos, entre ellos la oxitocina u hormona del placer. Evita los biberones y regálate mucha paciencia y amor. La leche se produce cuando hay vínculo y contacto.
Es por ello que un extractor nunca va determinar la cantidad de leche que produces o, ¿acaso sientes lo mismo cuándo ves a tu bebé que cuándo un aparato hace ñaca ñaca en tu teta?
Confía en tu cuerpo, hazle caso a tu intuición, sigue el sí, quédate con lo que fluye y te hace sentir bien. Y si hay dudas, busca ayuda de asesoras, coaches o especialistas en lactancia, pero de los de verdad, los que sí han invertido tiempo en saber cómo ayudarte, no aquellos que sólo dicen saber.
“Amamantar debe ser un momento de placer. Un espacio sagrado entre tú y tu bebé. Si duele, necesitas ayuda”.
Débora Lugo
Doula, asesora de lactancia, educadora somática, maestra de yoga y meditación.
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